Vas a poder contemplarme en silencio durante un rato y quién sabe qué recuerdes. Podemos ser siempre dos en uno, uno en apariencia, con el amor tácito de los compañeros de ruta. Estoy para que recorramos, para que andemos bajo la lluvia, y mojarme encima tuyo. Voy a saber cuando me tengas en tu cabeza, lo voy a sentir desde adentro. Estoy para abrigarte del frio, para que seamos artistas por la calle. Podés dejarme al lado, al ladito tuyo en la plaza y puedo enriquecerme con tu música. Podés cuidarme como a una chica linda que te quiere o colgarme, guardarme en un rincón. Quiero estar en tus fotos con cara de contento, conocer tu casa grande o chiquitita y que me tires a descansar del día en tu cama lejos de tu cuerpo. Podrás manipularme en una reverencia cuando quieras presentarte. Alguna vez también me vas a contagiar de tus piojos borrachos de bohemia de pulular por el mundo. Parezco el tope, el final de tu presencia, o el principio. Puedo terminar donde empieces. Te conservo bajo mi velo, guardo tus recuerdos, tus secretos compartidos. Puedo estar horas en contacto con tu piel sin tocarte el ombligo hasta que quieras. Podés revolearme de alegría de algo, puedo caer y golpearme sin que me duela mientras vigilás que no me escape. Puedo oír tus charlas en silencio y saber de tus inquietudes sin molestarte. Puedo acompañarte desde hoy ya para siempre aunque no me tengas a la hora de la cena ni durmamos juntos. Puedo, si gustás, ser tu sombrero.
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