viernes, 29 de agosto de 2008

a mi balcón sólo llegan los gritos

a unas esquinas se debaten a golpes

Cinco Hispanos contra Treinta y tres orientales

(Cinco Hispanos, Treinta y ún Orientales y Los Dos Chinos)

miércoles, 27 de agosto de 2008

aburre él,

oxímoron absoluto

jueves, 21 de agosto de 2008

un plato

voy contando. un dos trés cuatro en quince quinceyuno diecisiete y me pierdo. de nuevo la vocecita apagada que calla desde adentro del tímpano. vuelvo, un dos trés cuatro quince diecisiete dieciocho cuarentidós cuarenttitré, sé concienzudamente que este es mi trabajo. puede que piense por un momento que qué bueno que me pagan por veinte minutos de estar contando papeles de uno en uno con los dedos. la putita, sabemos, está ahí toda regocijada de estar tan comodísima posada en las auriferencias de mi oído. entonces, cuando avanzo un cachito zás de vuelta. me pierdo. podría que perdiera la paciencia pero pienso que también pudiera que pudiese felicitarme de estar nuevamente engañando a la unidad empresarial, están pagándome otros minutos de contar papeles y nadie sabe que trastabillo. y lo contenta que me iría poniendo cada vez que diera cuenta de mi cintura para escaparle al sueldo esforzoso, qué contenta che. entonces empiezo de nuevo. creo que podría no haber furia, podría que no hubiese hastío, no malhumor alrededor. entonces acabaría empezando de nuevo con la rayuelita del un, dos, trés, cuatro cincuentiocho, cincuentinueve. mientras siempre sepa que si el -otro- papel dicta "495", cuatrocientosnoventicinco habré de haber contado para cuando deje de dispersarme. pareciera que va acercándose la cifra, como subiendo a borbotones de la tinta que se corre de estos papeles que vienen siempre tan mal impresos, siempre tan roñosos, siempre la alergia de contar papeles que fueron viajando de cualquier provincia hasta las manos mías. y la retorcida, mi oreja, que se prestó a albergar a la musa muda, que canta el canto de sirena para desconcentrarme. y pienso que y qué si tengo que volver a empezármelo todo, si estoy escabulléndomele al sistema, ya sé, claro. y qué contenta me podría ir poniéndome de veras, qué alegría chota si hubiera podido ser sorda y escaparle al llanto mudo, de la musa transparente, que me grita en el silencio que quién me mandó a esa vida de mierda, que quién me imprimió en la frente el sello ciclotímico de ser uno más de los demás unos mases de afuera.

y uno que siempre se creyó tan distintitito, no?

jueves, 14 de agosto de 2008

la abrochadora está oxidada

el termo de telgopor se hizo pelota contra el piso

una hormiga come del terrón añejo

saltó la tapita del taco

el zapatero de vacaciones

por fin un encendedor en mi bolsillo

y el atado vacío

la hoja, amarillenta

un beso cálido, prolijo

la pata de elefante en el pecho, la picadora de carne al cuerpo, un termotanque en la cabeza

vacía

llena de agua

llena de agua, de flores y de peces

fabi cantilo canta por fito con voz de tonta, muy tonta pareciera. el mate helado, frígido, malestar estomacal y constipación. me cancelan una cita, me cancelé en mil millones de citas tontas, muy muy tontas.- hay una peli de Hitchcock que no me atrevería a ver. Hay un cuervo en la ventana. Hay un cuervito en la ventana que mira de adentro para adentro. Un descarado come dos alfajores en la computadora de al lado. La dieta la gimnasia por un momento no significan nada. Una chica había mencionado el día en que creyó que el universo se le desetiquetaba. La sensación de vacío. La paradoja de la locura. La falta de ganas de seguir yéndole al terapeuta al que ni pienso contarle nada. Alrededor se habla de adicción al jugo de naranja de kiosco. Y todo me parece tan absurdo. la historieta que me cuentan me parece infame. Miro para este lado y creo que ellos opinan igual en viceversa. Ya tuvimos la charlita del todoesrelaitivo en un comedero carísimo. La abrochadora está oxidada y no hay antitetánica.

anda-tan-vertiginosa. (sanguchito de fucsia y blanco). andas tan vertiginosa, bonita. anda muerta de vértigo. anda quieta por las paredes para que no vaya a desmoronársele. anda, vete-

domingo, 3 de agosto de 2008

Amelia recorre el pasillo que la arrastra hasta la habitación del hotel. Encuentra que el botones es Juan Carlos y piensa en Juan Carlos. Recuerda cómo era que Juan Carlos la besaba. Sabe que cuando los pasos que suenan escaleras arriba dejen de escucharse habrá aparecido---frente a ella y más vale que Juan Carlos no vaya a reconocerla antes. Se acuerda del pudor que sintió al calzarse las gafas negras por pedido de---al salir del departamento, sabe ahora que eso la salvará de que Juan Carlos vaya a reconocerla, Juan Carlos nunca imaginaría que pudiera yo jamás vestir estos anteojos de copetuda

repica cada una de las letras

a.m.e.l.i.a.r.e.c.o.r.r.e.e.l.p.a.s.i.l.l.o.q.u.e.l.a.a.r.r.a.s.t.r.a.h.a.s.t.a.l.a.h.a.b.i.t.a.c.i.´.o.n.d.e.l.h.o.t.e.l.

él sigue. inmutable en su sillita. la máquina sigue. en su condición de responder a lo que le pide la mano que mece las teclas. inmutable

e.n.c.u.e.n.t.r.a.q.u.e.e.l.b.o.t.o.n.e.s.e.s.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.y.p.i.e.n.s.a.e.n.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s...r.e.c.u.e.r.d.a.c.´.o.m.o.e.r.a.q.u.e.j.u.a.n.c.a.l.a.b.e.s.a.b.a

por un momento él piensa en haber elelgido Juan Carlos para llamar al botones. Se pregunta si no irán a compararlo con Puig y sus Boquitas Pintadas. por un momento él está regodeándose de conocer tanta Literatura de renombre y decide que, en todo caso, un poco de intertextualidad no puede hacerle daño a nadie, en todo caso, un homenaje

entonces

s.a.b.e.q.u.e.c.u.a.n.d.o.l.o.s.p.a.s.o.s.q.u.e.s.u.e.n.a.n.e.s.c.a.l.e.r.a.s.a.r.r.i.b.a.d.e.j.e.n.d.e.e.s.c.u.c.h.a.r.s.e.h.a.b.r.´.a.a.p.a.r.e.c.i.d.o.(espacio en blanco, él decidió que no elegiría un nombre para este personaje hasta que no estuviera todo escrito, sabe que hay algunos rondando, sabe que Rubén es una posibilidad, pero está haciéndose el idiota, él es bastante idiota, pero el público no lo sabe, o se hace el idiota porque sabe que cada pueblo necesita de un escritor reconocido para laurearse de algo alguna puta vez en la historia).f.r.e.n.t.e.a.e.l.l.a.y.m.´.a.s.v.a.l.e.q.u.e.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.n.o.v.a.y.a.a.r.e.c.o.n.o.c.e.r.l.a.a.n.t.e.s...s.e.a.c.u.e.r.d.a.d.e.l.p.u.d.o.r.q.u.e.s.i.n.t.i.´.o.a.l.c.a.l.z.a.r.s.e.l.a.s.g.a.f.a.s.n.e.g.r.a.s.p.o.r.p.e.d.i.d.o.d.e.---.a.l.s.a.l.i.r.d.e.l.d.e.p.a.r.t.a.m.e.n.t.o.,.s.a.b.e.a.h.o.r.a.q.u.e.e.s.o.l.a.s.a.l.v.a.r.´.a.d.e.q.u.e.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.v.a.y.a.a.r.e.c.o.n.o.c.e.r.l.a.,.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.n.u.n.c.a.i.m.a.g.i.n.a.r.´.i.a.q.u.e.p.u.d.i.e.r.a.y.o.j.a.m.´.a.s.v.e.s.t.i.r.e.s.t.o.s.a.n.t.e.o.j.o.s.d.e.c.o.p.e.t.u.d.a

en su relato dejan de una vez de sonar los pasos firmes por la escalera,

y cada una de las letras sigue repicando