domingo, 3 de agosto de 2008

Amelia recorre el pasillo que la arrastra hasta la habitación del hotel. Encuentra que el botones es Juan Carlos y piensa en Juan Carlos. Recuerda cómo era que Juan Carlos la besaba. Sabe que cuando los pasos que suenan escaleras arriba dejen de escucharse habrá aparecido---frente a ella y más vale que Juan Carlos no vaya a reconocerla antes. Se acuerda del pudor que sintió al calzarse las gafas negras por pedido de---al salir del departamento, sabe ahora que eso la salvará de que Juan Carlos vaya a reconocerla, Juan Carlos nunca imaginaría que pudiera yo jamás vestir estos anteojos de copetuda

repica cada una de las letras

a.m.e.l.i.a.r.e.c.o.r.r.e.e.l.p.a.s.i.l.l.o.q.u.e.l.a.a.r.r.a.s.t.r.a.h.a.s.t.a.l.a.h.a.b.i.t.a.c.i.´.o.n.d.e.l.h.o.t.e.l.

él sigue. inmutable en su sillita. la máquina sigue. en su condición de responder a lo que le pide la mano que mece las teclas. inmutable

e.n.c.u.e.n.t.r.a.q.u.e.e.l.b.o.t.o.n.e.s.e.s.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.y.p.i.e.n.s.a.e.n.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s...r.e.c.u.e.r.d.a.c.´.o.m.o.e.r.a.q.u.e.j.u.a.n.c.a.l.a.b.e.s.a.b.a

por un momento él piensa en haber elelgido Juan Carlos para llamar al botones. Se pregunta si no irán a compararlo con Puig y sus Boquitas Pintadas. por un momento él está regodeándose de conocer tanta Literatura de renombre y decide que, en todo caso, un poco de intertextualidad no puede hacerle daño a nadie, en todo caso, un homenaje

entonces

s.a.b.e.q.u.e.c.u.a.n.d.o.l.o.s.p.a.s.o.s.q.u.e.s.u.e.n.a.n.e.s.c.a.l.e.r.a.s.a.r.r.i.b.a.d.e.j.e.n.d.e.e.s.c.u.c.h.a.r.s.e.h.a.b.r.´.a.a.p.a.r.e.c.i.d.o.(espacio en blanco, él decidió que no elegiría un nombre para este personaje hasta que no estuviera todo escrito, sabe que hay algunos rondando, sabe que Rubén es una posibilidad, pero está haciéndose el idiota, él es bastante idiota, pero el público no lo sabe, o se hace el idiota porque sabe que cada pueblo necesita de un escritor reconocido para laurearse de algo alguna puta vez en la historia).f.r.e.n.t.e.a.e.l.l.a.y.m.´.a.s.v.a.l.e.q.u.e.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.n.o.v.a.y.a.a.r.e.c.o.n.o.c.e.r.l.a.a.n.t.e.s...s.e.a.c.u.e.r.d.a.d.e.l.p.u.d.o.r.q.u.e.s.i.n.t.i.´.o.a.l.c.a.l.z.a.r.s.e.l.a.s.g.a.f.a.s.n.e.g.r.a.s.p.o.r.p.e.d.i.d.o.d.e.---.a.l.s.a.l.i.r.d.e.l.d.e.p.a.r.t.a.m.e.n.t.o.,.s.a.b.e.a.h.o.r.a.q.u.e.e.s.o.l.a.s.a.l.v.a.r.´.a.d.e.q.u.e.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.v.a.y.a.a.r.e.c.o.n.o.c.e.r.l.a.,.j.u.a.n.c.a.r.l.o.s.n.u.n.c.a.i.m.a.g.i.n.a.r.´.i.a.q.u.e.p.u.d.i.e.r.a.y.o.j.a.m.´.a.s.v.e.s.t.i.r.e.s.t.o.s.a.n.t.e.o.j.o.s.d.e.c.o.p.e.t.u.d.a

en su relato dejan de una vez de sonar los pasos firmes por la escalera,

y cada una de las letras sigue repicando

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